sábado, 22 de noviembre de 2014

Bienvenido y espero que bienhallado.

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Ave María Purísima.
    
     Bienvenido, sí, porque es lo que me corresponde, desearle una cordial bienvenida.
    Lo de bienhallado ya no depende sólo de mí, aunque también cordialmente, deseo que se halle bien, pero no soy billete de cien euros para caer bien a todo el mundo...
   Porque empiezo con muchas dudas, las primeras relativas a estas tecnologías en las que me confieso

 un ignorante patético
del mundillo telemático,
que en esto de lo informático
-aunque usuario frenético
del continente internáutico-
soy cateto cibernético.

     Y si sólo fueran esas mis carencias ... pero tranquilo, no voy a decírselas, que también Ud. tiene las suyas, y las mías irán apareciendo aquí solitas, y hasta soy capaz de no darme cuenta de ellas.
      ¿Qué pretendo? ... pues tampoco crea que lo tengo muy claro, tan poco claro lo tengo que hasta es posible que cierre el blog a las primeras de cambio. Sin embargo...
       Algo me bulle como queriendo ofrecer -y ofrecerme- pequeños instantes de serenidad, de dejar de correr, de pensar con calma y criterio, pero con calma y criterio propios de seres humanos que saben y quieren saber pensar. Eso sí, con sencillez... espero.
       Tengo muchas deudas con mi familia, profesores, amigos, sacerdotes y personas consagradas, con mi Creador y Redentor, y la Santísima Virgen María. Y este blogg puede ser expresión de agradecimiento a esas personas.
      Aquí aparecerán revoltijadas, sin orden, pinceladas -o brochazos- de cuanto les debo.
      Y como tiendo a no ser breve, aquí voy a acabar, volviendo a desearte bienvenida y bien hallada.
Javier.